La clásica y eterna lucha entre el bien y el mal consiste en el centro del conflicto de las historias de la literatura fantástica, y de esto no se escapan sus subgéneros, usualmente se presentan dos polos completamente opuestos en una lucha, generalmente a muerte, que definirá el destino del mundo en que habitan, o más precisamente en lugar en que se desarrolla la historia.
Pero en como realmente se relacionan el bien y el mal está el verdadero secreto del éxito de grandes libros como “El Señor de los Anillos”, “Hermosas Criaturas”, “Juego de Tronos” y otros. Para comenzar se clasificará la fantasía en dos grandes tipos: la Alta Fantasía, en la que se incluye dentro a la fantasía épica, heroica, oscura y a la ciencia ficción fantástica; el otro tipo es la Baja Fantasía, que incluye la fantasía histórica, el realismo mágico y por supuesto la misma baja fantasía.
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La Alta Fantasía.
En este grupo tanto el bien y el mal están bien definidos, donde el bien es sinónimo de luz, de bondad y de belleza grácil, mientras que el mal es asociado a la oscuridad, a seres repugnantes, a brujas y a sus maldiciones que sirven fielmente a un señor oscuro. Son innumerables los caballeros que luchan con su escudo y espada por el bien, siendo estos nobles, caritativos y altruistas, cercanos a la realeza o a algún linaje de alguna familia de poder que están en contra de este mal encarnado que solo quiere destruir el mundo sin razón alguna.
Luego de la publicación maestra de J. R. R. Tolkien, este género se popularizo de tal manera que se apodero del publico juvenil por unos cuantos años, y aún sigue estando presente. “El Señor de los Anillos” constituyó las bases generales para este género y las fórmulas para que grandes autores también triunfaran en este género.
La historia se centra en la lucha de hombres, junto a razas fantásticas como los elfos, enanos, y gigantes, contra el mal encarnado de la tierra media, el señor oscuro Sauron y a sus ejércitos de orcos, donde el bien y el mal están claramente establecidos, y se presentan al lector de forma definida para que este decida a que bando apoyará.
El escribir Alta Fantasía presenta el reto de presentar el conflicto lo más claro posible, ya que este género se acerca mucho a cualquier lector, con personajes que pueden ser digeridos más fácilmente y contextos que resultan bien definidos; el inconveniente que se muestra en primer plano es no caer en clichés ni estereotipos que pueden restar peso a la historia.
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La Baja Fantasía.
Se deja a un lado los grandes paisajes y vastos mundos, para adentrarse a una realidad que termina siendo sombría. También se abandona un poco a los grandes héroes de la alta fantasía, para presentarnos regentes corruptos interesado solo en sus propios intereses. Este grupo se caracteriza por dejar a un lado la magia como ayudante de cualquiera, para presentarla como una maldición o llena de oscuridad y crueldad, llegando a rozar la historia con el terror.
En el mundo real, el bien y el mal no se catalogan de forma tan fácil, no se presentan como algo de color blanco y de color negro, sino que posee matices dentro de esta gama. En esto se basa este género, donde el bien y el mal solo son puntos de vistas subjetivos donde lo que es bueno para unos, y termina siendo malo para otros.
A la hora de escribir sobre este género, es necesario prestar especial atención al desarrollo de los personajes, en sus conflictos tanto internos como con los demás personajes, y a su vez al mundo que rodea a los personajes. Este género ha sido muy atractivo para el público juvenil en las últimas décadas con ejemplares como “Juego de Tronos” donde se puede conocer el punto de vista de cada personaje, incluso tomarle cariño y sentir empatía. Por otro lado la “Hermosa Saga” que presenta personajes juveniles en un pueblo lleno de discriminación.
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